Hablamos con Enrique Fayos.
El director de Olympia Metropolitana nos responde a unas preguntas en relación a la apertura de la Escuela OLYMPIA.
¿Cómo surge la idea de embarcarse en este nuevo proyecto?
Bueno, la idea la tengo en la cabeza desde hace varios años, el motivo principal, lo he dicho hoy, porque desde pequeño me ha costado hablar en público, me cuesta cantar… Esta iniciativa responde quizás a esa necesidad de haber participado en una escuela como la que vamos a abrir el próximo mes de octubre.
Si digo OLYMPIA ¿qué te viene a la mente?
Hombre, me viene a la mente: profesionalidad, la ilusión, la pasión por las artes escénicas.
¿Cuáles son los beneficios de la educación en Artes Escénicas?
Pues es muy importante. Yo creo que hoy, las artes escénicas, tienen que formar parte como si fuera una asignatura más en educación. La gente invierte en formación, invierte en idiomas… pues las artes escénicas no dejan de ser una herramienta más para trasmitir pasiones, para convencer, para hablar en público, para exponer… Yo creo que una persona que se forme y que pueda tener esas habilidades tiene ya una carrera más.
El teatro musical, 3 adjetivos.
Emoción, pasión y diversión.
¿Cuáles son los retos de comenzar una actividad así en el panorama actual?
A mí es que los retos me encantan, es decir, la vida es puro reto. Entonces, el reto creo que es abrir una puerta nueva en esta empresa: la formación. Hasta ahora hemos tenido exhibición, distribución y producción; nos faltaba una cuarta pata que era la formación, y que creo que es lo que puede dar la excelencia a lo que es la empresa Olympia Metropolitana para los próximos 10 años.
¿Qué crees que puede aportar la Escuela OLYMPIA a Valencia?
La Escuela OLYMPIA puede aportar una visión más novedosa de lo que es la formación de artes escénicas. Queremos utilizar un poco lo que es el modelo anglosajón. Es una escuela donde queremos formar actores para que no sean actores de escenarios, sean actores en la vida, que utilicen las herramientas de las artes escénicas para conquistar, para trasmitir, para trabajar… para el día a día.
¿Hacia dónde nos dirigimos?
Mi aspiración es hacer bien el trabajo. Que los alumnos que pasen por la escuela con el tiempo recuerden lo bien que lo pasaron, lo que han aprendido y las herramientas que les hemos podido transmitir o potenciar; que puedan decir qué bien me ha venido que hoy he podido cantar un tema en la facultad o convencer a un cliente para que haga determinado proyecto. Yo creo que con el tiempo, eso es lo que me gustaría.